El hombre atroz

Usted aún no lo sabe, pero es un hombre atroz, un maltratador. Y un violador. Desde pequeño le han inculcado valores machistas, con actitudes conscientes o inconscientes que tienen por objetivo la cosificación de la mujer, esto es, verla como si fuera una chacha, un florero, o aún peor, una vagina con patas. Y una mujer consciente de ello debería tener un miedo atroz a ir por la calle y toparse con un hombre. O quizás no, pero eso es lo de menos, porque lo importante no es lo que usted sea o no, lo único que importa es lo que cierto lobby decida lo que usted es. Algún pobre despistado podría pensar que ellas—y ellos—podrían tener buenos argumentos, para, por lo menos, defender que existe una cultura machista y patriarcal en nuestra sociedad, que provoque que haya un número considerable de indeseables y potenciales criminales. El propósito de este artículo es precisamente analizar este argumento desde una perspectiva racional y empírica para ver cuánto de cierto hay en ello.

Empecemos dándole al lobby un punto de ventaja. Es innegable que usted en el caso de ser hombre, al poseer miembro viril tiene mayor facilidad para violar que una mujer. Por el mismo hecho que es un potencial asesino en serie si tiene usted manos y piernas y es capaz de enarbolar un cuchillo, o es un potencial mentiroso porque tiene la capacidad de raciocinio. Por esta regla de tres, ningún hombre, mujer o animal está exento de la posibilidad de cometer un acto contrario a la ética—no entraremos a valorar lo que es o no ético, asumiremos premisas razonables—y por ende, más nos valdría exterminar todo atisbo de vida sobre el planeta. Ah, ¿Qué no le apetece morir? Bueno, será que usted tiene tintes machistas. Ahora en serio, es obvio para toda persona que aprecie su existencia que esa no puede ser la solución, así que habrá que afinar un poco más.

Aquí es cuando ese lobby—y con cierta razón—claman que los hombres son los principales responsables de la mayoría de crímenes violentos, como por ejemplo, los homicidios. Vamos a los datos que nos da el INE sobre homicidios en el 2016. Ese año murieron 178 hombres y 104 mujeres por homicidio, dando un total de 282 muertes. Por ende, el ratio de homicidios por cada 100.000 habitantes ese año según el INE es de 0,7. Según datos del INE destaca la gran diferencia entre el ratio de homicidios propiciados por hombres y mujeres, a saber, 1,21 frente a 0,21. Esto supone una proporción de 1 mujer homicida por cada 6 homicidas masculinos, lo que parece dar alas a las tesis del lobby. Aun considerando que todos los homicidios perpetrados por mujeres hubieran sido hacia hombres y los cometidos hacia mujeres perpetrados por hombres, tendríamos una balanza de 47 hombres asesinados por mujeres y 104 mujeres asesinadas por hombres. A pesar de que la aparente propensión del hombre a la violencia, criminalizar y/o tener miedo de todos los hombres es absurdo, como veremos a continuación.

La realidad es que la tasa de homicidios en España es de las más bajas del mundo, como ya hemos comentado es de 0,7 por cada 100.000 habitantes. Seamos indulgentes con el lobby y asumamos el caso pesimista de que a partir de este año, la tasa de homicidios en España fuera de 1/100.000. Teniendo en cuenta que todo el mundo muere—valar morghulis—la probabilidad de que una mujer muera a manos de un hombre—atendiendo a las proporciones mencionadas— es de 0,000004%, algo menos de la mitad de las probabilidades que tiene usted de morir ahogado. Yo me iría comprando un flotador para la playa y la piscina. Todo esto, recuerde, asumiendo que la totalidad de las mujeres son asesinadas por hombres y sobreestimando la tasa de homicidios del país. Lejos de quedarnos aquí, continuemos analizando algunos otros crímenes por los que el lobby tanto se alarma.


En la siguiente imagen se muestra un mapa de color con datos del número de denuncias por violación que ocurrieron en Europa en 2015 por cada 100.000 habitantes (Eurostat). Como podemos observar, España es uno de los países con una menor tasa de violaciones, menos de 3,49, a mucha distancia de países como, ojo al dato, Francia, Dinamarca o Suecia. Volveremos a esta comparación más adelante, pero por lo pronto, hablemos de probabilidades. Concretamente, en España hubo 2,65 denuncias por cada 100.000 habitantes, así que asumiendo que todas son verídicas y suponiendo este número constante con los años, la probabilidad según la distribución de Poisson de que una mujer al azar sea violada en un intervalo de tiempo de 30 años—las víctimas de violación más frecuentes suelen tener entre 12 y 44 años de edad—es de un 0,08%.

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¿Qué significa todo esto? Pues que una mujer debería tenerle un miedo similar o menor a un hombre que a la carretera, donde hay unas 2 muertes por cada 100.000 habitantes y año en España. Pero claro, las aseguradoras investigan los casos sospechosos de fraude

Dicho todo esto, el lector quedará convencido de que la histeria del lobby contra el hombre está claramente infundada, pero si es usted una socia o aliado del mismo y se muere de ganas de tener a un grupo al que culpar de todos sus males, y que a poder ser sean hombres, ahí van otros datos. En el año 2015 (últimos datos publicados al respecto) los asesinatos en casos de violencia de género cometidos por inmigrantes, siendo estos sólo el 9,9% de la población española, representan el 25% de los casos, atendiendo al informe del Consejo General del Poder Judicial del año 2015 sobre ‘Víctimas mortales violencia de genero y domestica ámbito pareja y ex-pareja’, en la página 23 del documento. Para el lector, quizás ahora el mapa de las violaciones en Europa cobre más sentido, pues es bien sabido que países como Francia y Suecia tienen elevados porcentajes de inmigración. Si bien el porcentaje hace unos años alcanzaba el 44%, la nacionalización de los ciudadanos extranjeros desvirtúa año tras año el porcentaje. De nuevo, volvemos al punto de partida, en vez de preocuparse por un grupo con mayor riesgo, se centran donde menos posibilidades hay. Y es que, de donde no hay, no se puede sacar.

Descubre otro mitos como el de las denuncias falsas en nuestro artículo sobre ellas.